0046_Agustín Acosta. 11
Agustín Acosta 11º
II
Abandonada a su dolor, un día
en que la sombra la envolvió en su velo,
me dijo el corazón que ella vendría
en el milagro espiritual de un vuelo.
Abrí los pabellones solitarios;
iluminé los vastos corredores;
quemé la mirra de los incensarios
y el frío mármol alfombre de flores...
Llegó cansada de volar... Yo dije:
-Alma, mujer inspiradora: rige
mi vida entera para siempre. Arde
como la mirra el corazón que inmolo...
Amor no llega demasiado tarde
a quien se siente demasiado solo.
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